Asesinatos rituales de Toa Payoh

Los asesinatos rituales de Toa Payoh tuvieron lugar en Singapur en 1981. El 25 de enero el cuerpo desnudo de una niña de nueve años fue encontrado en una bolsa al lado del ascensor de un bloque de pisos en la ciudad de Toa Payoh, y dos semanas más tarde, un chico de diez años fue encontrado cerca. Los niños habían sido asesinados, supuestamente como sacrificios de sangre a la diosa hindú Kali. Los asesinatos fueron planeados por Adrian Lim, un autoproclamado médium, que había convencido a muchas mujeres de que poseía poderes sobrenaturales. Sus víctimas ofrecían dinero y servicios sexuales a cambio de curas, belleza y buena suerte. Dos de las mujeres se convirtieron en sus ayudantes leales; Tan Mui Choo, que se casó con él, y Hoe Kah Hong que se convirtió en una de sus "mujeres santas". Cuando la policía investigó un cargo de violación presentando por una de sus víctimas, Lim se enfureció y decidió matar niños para desviar las investigaciones. En ambas ocasiones, Hoe atrajo al niño al piso de Lim, donde era sedado y matado por el trío. Lim también asaltó sexualmente a la niña antes de su muerte. El trío fue arrestado después de que la policía encontrara un rastro de sangre que llevaba a su piso. A pesar de que el nombre de caso sugirió asesinatos rituales,[1][2]​ los acusados aseguraron que no realizaron oraciones, quemaron incienso, tocaron campanas, ni cualquier otro ritual durante los asesinatos.[3]

El juicio de 41 días fue el segundo más largo realizado en los tribunales de Singapur en aquella época. Ninguno de los acusados negó su culpa. Sus abogados de oficio intentaron librar a sus clientes de la pena de muerte alegando responsabilidad disminuida, argumentando que los acusados estaban mentalmente enfermos y no podían ser considerados enteramente responsables de los asesinatos. Para apoyar su argumento trajeron a médicos y psicólogos, que analizaron a los acusados y concluyeron que habían mostrado esquizofrenia y depresiones de tipo psicótico y maníaco. El experto del fiscal, sin embargo, refutó estos testimonios y argumentó que estaban en pleno control de sus facultades mentales cuando planearon y llevaron a cabo los asesinatos. Los jueces estuvieron de acuerdo con el argumento del fiscal y sentenciaron al trío a muerte. Mientras estaban en el corredor de la muerte las mujeres apelaron al Consejo Privado de Londres y pidieron un indulto al Presidente de Singapur sin ningún éxito. Lim no buscó ningún perdón; en cambio, aceptó su destino y fue sonriendo a la horca. Los tres fueron ahorcados el 25 de noviembre de 1988.

Los asesinatos de Toa Payoh conmocionaron al público en Singapur, que se sorprendió por un acto de estas características ocurriendo en su sociedad. Los informes de las acciones del trío y del proceso judicial fueron seguidos con detenimiento y permanecieron de forma prominente en la conciencia singapurense durante muchos años. En dos ocasiones, estudios cinematográficos intentaron lucrarse de la sensación generada para producir películas basadas en los asesinatos. No obstante, los críticos opinaron muy negativamente de ambas películas por las muestras gratuitas de sexo y violencia, y fracasaron en taquilla. Las acciones y el comportamiento de los tres asesinos fueron estudiados por académicos de la psicología criminal, y la decisión del tribunal se convirtió en estudio de caso local sobre la responsabilidad disminuida.

  1. Sit (1989), I Confess, xiii.
  2. Sit (1989), Was Adrian Lim Mad?, xiii.
  3. John (1989), 187, 202.

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